jueves, 30 de junio de 2011

Delineador corrido

Está oscuro por aquí, no olvides la velita del ático
No olvides limpiar las alas de la Bestia amarilla
que anda desatada causando pánico, nostalgia...

Misteriosamente sabe de mí.
Sabe de las intenciones de las hadas malignas.

Es tiempo de correr, de masticar su aroma sin sombra,
de voltear y oler sus sabores extraños.
Pero es tarde, su luz puede despertar a la pequeña.
Guarda silencio, Bestia, tus pasos resuenan en sus córneas
como kalimbas acústicos, rechinados, sin chiste.

No te escondas, desde aquí todos te ven.
Tus labios se mueven pero no emiten sonido.
Te suspendes, te retuerces, Bestia.

Camina con cuidado,
no vayas a pisar los clavos que sembraron, atemorizados, para ti.
Ahora temes, tiemblas, sudas.

Ellos te ven sonrientes, gordos, triunfantes, iluminados por el júbilo.
Ganaron, sabes que te ganaron.
Pero Sole, cautelosa, te lo había advertido…

What a pity!