Cuando el mundo te diga que no, Sole,
dile siempre que sí.
Luego voltéate y golpeándolo con tu pelo,
emprende el camino.
Mira siempre a ambos lados antes de cruzar.
(recuerda que ya no están papá y mamá para guiarte).
Mira bien y espera pacientemente a que tu estrella te de pase.
Cierra los ojos y canta.
No te muevas; de pronto todos te están mirando.
Si no entiendes bien lo que pasa,
será mejor que no le preguntes a nadie;
querer contestar ahora.
No confíes. Anda al campo y llora
con los insectos.
Luego de eso, tienes dos opciones:
a) Seguir bañándote en la inmundicia de la confusión ó
b) celebrar.
Yo recomiendo la segunda.
Digamos que es algo más rosada,
menos cochina..
y, sobre todo, la opción más inútilmente ilusa.
Y luego de eso, ¿qué sigue?
¿Qué sigue? Mmm…
Nada; se repite el ciclo
¿El Ciclo?
Sí, la dulce ruta del sabor.
ASÍ QUE suerte con eso.
Listo, mejor ya me voy.
Espera! Creo que hay algo que tienes que ver.