sábado, 21 de julio de 2012

Anda despidiéndote

Soledad, eres una mierda.
Yo sé que solíamos ser buenas amigas, que entendíamos siempre nuestro mal humor pero hoy te digo que ya no te soporto más. Ya no soporto que respires el mismo aire que el mío. No soporto tu estúpido silencio. Pareces ser una sombra que solo sonríe y no se mueve. Eres tan callada y a la vez tan dominante. Riges vidas ajenas. Como un fantasma, un recuerdo. Es bueno fumar contigo, se siente como si en serio existieras pero ya no, ya no más.
Mírate. Estás hecha un trapo, inútil, inservible, sucio. Ya no me sirves más.
En algún momento tu compañía me inspiraba, eras de colores, eras luz. Hoy solo visitas en las noches a incomodar.
No te pierdas, no te despeines, no te rías, no mires, mejor no te muevas, no hables. Calla. Shh. No te podés reducir a eso. Eres pequeña pero no tanto como eso. Como el hoyo en el que te metiste. Como el veneno que ingeriste. Vomítalo. Sola. Siempre sola. Vete, mejor. No te metas en el mismo hoyo porque quizá te quedes atrapado con todo lo demás. INSANO. Corre mientras puedas.

Oye pero, a pesar de tu inexistencia y tu mala vibra, a veces ayudas. ¿Y si nos maquillamos juntas esta noche? NO! Eres una mierda, no te disfraces. Pero húndete conmigo un rato más. Deja afuera lo demás, lo bueno. Aquello tan puro y limpio que no merece semejante polución. Eres tan mierda que ya no se te puede tocar más, ya estamos suficientemente contaminadas. Pero a ellos ni los mires. No eres digna ni de ver el mismo amanecer que vean sus ojos. Déjalos germinar, crecer, reproducirse. Pero, por favor nunca te vayas porque tú, soledad, eres lo más contaminado y hermoso que tengo.
Lo más hermoso.