domingo, 1 de abril de 2012

Códigos multicolores

Sol, mucho sol. Juegas, te diviertes. Todo bien.

Estás escuchando algún tipo de ruido lejano al valle, no lo entiendes.
Es un idioma ajeno a tu vasto vocabulario.
Intentas acercarte, curiosa. Sigues sin entender.
Le preguntas a algún símil. Finge no escucharte.
Te acercas aún más. Indescifrables ecos.



De pronto el perfume. Tus sentidos se agudizan.

Los vellos de tu piel empiezan a desesperarse.

Tos ojos, desorbitados, intentan seguir tus ágiles pulsaciones.

Huele a él...


Corres.

Vas hacia aquel eco, aquel que cada vez se oye más cercano.
El valle se aleja. Estás agitada.

Nunca habías estado más feliz.

Tu estómago da un par de brincos.
El valle se aleja.
Corres cada vez más rápido.
Logras dibujar en tu mente una silueta extraña.

El aire se empieza a ir.
Es de noche.
Tu boca logra reemplazar las labores de tu nariz pero eso no es seguro.
Tus pies bajan la velocidad inconscientemente, pero sigues corriendo.
El valle está ahora muy lejos.
El perfume. La lágrima.
El aire se agotó por completo y tus pulsaciones disminuyen.
Tus pies no logran asimilar eso, siguen andando.
Ahora todo es borroso...

Caes. No te duele.

Blanco.
- "Bienvenida, ¿por qué tardasteis tanto?"



 




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